China y su apuesta por reformar el sistema multilateral “desde adentro”
Con un atinado sentido de la oportunidad, China completa en septiembre de 2025 la cuarta pata donde apoya su estrategia internacional: la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG), “directriz fundamental para salvaguardar los propósitos y principios de la Carta de la ONU”. 1Luego de la difusión, a partir de 2021, de las Iniciativas para el Desarrollo Global (IDG), para la Seguridad Global (ISG), y para la Civilización Global (ICG), la República Popular se erige en una activa promotora de la reforma del sistema multilateral.
En el marco de los 80 años de la creación de las Naciones Unidas (organización en la que la entonces República de China supo figurar entre el selecto elenco de potencias vencedoras y, por ende, miembro permanente del flamante Consejo de Seguridad), China redobla la apuesta en abogar por mejorar el sistema de gobernanza global post 1945, que viene languideciendo y dando muestras de su falta de representatividad y efectividad.
En un ambiente geopolítico internacional que muestra patentes fracturas que alientan aventuras temerarias en todas partes, la IGG se ancla en cinco ideas- fuerza: el principio de igualdad soberana, la defensa del derecho internacional “sin ningún doble rasero ni imposición”, la apuesta por el multilateralismo, el enfoque centrado en los pueblos, y la consecución de resultados efectivos y tangibles. Respecto de aquel principio cardinal del sistema westfaliano, China hace hincapié en su corolario de la no injerencia en los asuntos domésticos, que Beijing reivindica especialmente para defender su sistema institucional, la dirección de su economía, el relacionamiento con las minorías que habitan dentro de su territorio, y muy especialmente, el futuro de Taiwán. Muestra del respeto a ultranza de ese principio es la (generosa) acogida que le ofreció a Vladimir Putin y Kim Jong Un en el marco del Día de la Victoria, líderes tan cuestionados desde otras latitudes y foros internacionales, por precisamente violentar esos mismos principios que hoy China reivindica como el núcleo duro de su nueva iniciativa global.
De manera expresa, China manifiesta su intención de reformar el sistema de gobernanza de Naciones Unidas “desde dentro”, y no contribuir a su desmantelamiento. Para efectivizar esa reforma, debe atenderse particularmente el déficit de representatividad del sistema, de modo de contemplar el ascenso del denominado Sur Global. Aquel mundo de 1945, que todavía no había visto despertar el impulso descolonizador — que elevó el número de países de 50 a más de 140 en apenas 30 años—, reflejaba en la novel organización internacional liderada por los vencedores, la distribución del poder (y el esfuerzo bélico) de entonces. Luego de 80 años, y tras los cambios operados, descolonización, caída del bloque socialista y globalización mediante, el sistema de Naciones Unidas precisa de una actualización que refleje esas modificaciones.
Asumiéndose como “firme constructor de la paz mundial y proveedor de bienes públicos”, China refuerza con la IGG su apuesta por el multilateralismo, y un enfoque de desarrollo tangible centrado en las personas y los pueblos. La postergada consecución de los objetivos de la Agenda 2030 es una prueba más de las brechas existentes en materia de gobernanza, que incluye asuntos de imperiosa actualidad como la inteligencia artificial y el ciberespacio, según consigna el Concept Paper chino.
Como fuera ya referido, el lanzamiento de esta nueva iniciativa global por parte de China se realiza en el marco de la conmemoración del 80 aniversario de la victoria sobre Japón (y, por ende, del final de la Segunda Guerra Mundial). Este nuevo aniversario del Día de la Victoria adquiere una especial relevancia y simbología, con un Xi Jinping arropado por los líderes ruso y norcoreano, bajo una imponente demostración de músculo militar en Beijing.
A diferencia del desfile desplegado hace 10 años, el acompañamiento del líder chino por parte de altos representantes de más de 20 Estados del Sur Global, principalmente de Asia, África y América Latina, muestra que China no está sola en esta otra mirada sobre el futuro de las relaciones internacionales. En un contexto de vulneración del multilateralismo, y de los propios principios sobre los cuales de cimenta el sistema de Naciones Unidas — comenzando por el más básico de integridad territorial—China se muestra como la catalizadora del sentir de muchos Estados que perciben la peligrosa deriva a la que está expuesta el sistema internacional.
Estas cuatro iniciativas globales chinas se encuentran hilvanadas por la Belt and Road Initiative de 2013 que, con su amplio espectro de disciplinas y materias abarcadas, contribuyen a darle lógica y coherencia al sistema. En efecto, en la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái celebrada en Tianjin el 1º de setiembre, Xi aboga una vez más por alcanzar una globalización efectivamente inclusiva, a través de la cooperación en el marco de la Belt and Road, de la cual ya forman parte más de 140 países del mundo.
Ante tanta incertidumbre, amenazas y desafíos al orden internacional vigente (conflictos bélicos desembozados, cambio climático, migraciones, etc.), adquiere fuerza la noción de “comunidad de destino compartido”, por la que China viene pregonando desde hace más de diez años, cuando comenzó a tomar consciencia de su estatura, su presencia internacional, sus capacidades y responsabilidades. China no es la de 1945; tuvieron que pasar 30 años desde entonces, para que el país comenzara su proceso de apertura al mundo, que aceleró su ritmo al inicio de este siglo hasta posicionar a una nación china que, con una postura renovada, se para firme en Oriente luego de décadas de evolución (Xi Jinping, 2017).2
Con este posicionamiento, desde los diferentes Foros que China integra y lidera, como la OSC, los BRICS y el G77+China, Beijing condensa su discurso a favor del multilateralismo bajo la consigna de unas relaciones internacionales más democráticas, en el marco de unas Naciones Unidas aggiornadas. El reto será mantener la congruencia de ese discurso —muy bien recibido por buena parte de la comunidad internacional— con las acciones y respuestas concretas de Beijing ante los conflictos y complejidades de diversa índole que el planeta enfrenta, para que la mirada alternativa sea creíble y pueda concitar el respaldo del resto de una sociedad internacional que necesita de liderazgos a la altura de los desafíos que se nos presentan.
CITAS
2 Xi Jinping lo señaló ante el 19° Congreso del PCCh de 2017, “the Chinese nation, with an entirely new posture, now stands tall and firm in the East. With decades of hard work, socialism with Chinese characteristics has crossed the threshold into a new era”.